El pasado sábado 23 de octubre a las 8:30´de la tarde (ya noche) por una año más, se celebro en esta nuestra ciudad de Toledo, la que se está convirtiendo, pese a su corta vida, en la tradicional cita de la mayoría de los corredores aficionados de Toledo y cada vez mas, de corredores de otras ciudades no solo de la región sino de toda España, que atraídos principalmente, con la idea de colaborar con el importe obtenido de su inscripción con la Fundación Infantil Niemann Pick y a su vez, por el reclamo de poder correr de noche por el incomparable marco que ofrece esta bellísima ciudad; nos fuimos congregamos para poder participar en ella, bajo la fachada de su Catedral.
Pues bien como no podía ser de otra forma, los miembros de Tole Tole debían estar allí para colaborar con su inscripción con esta finalidad y ¿como?; pues por un lado, unos con su dorsal puesto participando en la carrera, disfrutando por el laberíntico y sufrido recorrido que el medieval trazado de esta ciudad y la organización había preparado para los corredores que en la prueba participaran y otros, con el dorsal en el bolsillo pero gustosamente prestando su apoyo a la organización en aquello que esta necesitó, como fue controlando el paso de vehículos en algunas calles.
Desde horas antes del evento, la Plaza del Ayuntamiento ya ofrecía un prometedor aspecto de lo que allí iba a pasar, corredores con dorsal, gente, turistas, mas corredores que venían a recoger el dorsal, amigos, familiares, colaboradores de la organización y todo a punto. A eso de las 8:15´de la tarde, la Plaza ya estaba atestada, no cabía un alma, el ambiente era eufórico, mucha gente todavía quería recoger su dorsal, las cifras seguramente habrán rebasado con creces las previsiones y allá, bajo la silueta de la Torre de la Catedral, los corredores esperan animosamente, el momento de la salida; llegar allí y tomar posiciones se muestra complicado, pero hoy no importa, hoy es el día o mejor la noche de correr verdaderamente para disfrutar, cosa que siempre decimos cuando nos ponemos un dorsal y que poquísimas veces lo hacemos.
Los nervios, como siempre, aunque no te juegues nada ahí están y de pronto ¡ La salida!, ¡Dios mío! y eso que esta carrera es para disfrutar, codazos, empujones, casi en volandas me veo, todos queríamos llegar los primeros a las Cuatro Calles, parecía que dieran algo allí; casi sin darnos cuenta nos hemos comido las primeras cuestas, ¿ya estamos en Zocodover?, turistas, paseantes, curiosos y muchos amigos animando, una cuesta arriba inmediatamente otra para abajo, giros y mas giros y enfrente nos espera la calle de Alfileritos, mucha marcha, mucho ambiente y mucha gente con la cerveza en la mano dándonos ánimos.
Por fin, Llegamos a los Cobertizos de Toledo y no voy a decir ahora que sin darnos cuenta, porque buena cuenta y cansancio ya llevábamos encima; gracias a que siempre te encuentras, o mejor dicho te encuentran, a gente o algún conocido que te anima. Este es uno de los rincones que personalmente más me gusta, ¿será que me recuerda a todas estas historia de Toledo, leyendas de amores y desamores?, pero el sufrimiento de repente me trae a la realidad y vuelvo a pensar en las cuestas que aun se avecinan.
¡Uff! Por fin la calle Real, un respiro, disparados todos bajamos como posesos y al final otra subida, así que ánimo y a por ella. Con el mínimo resuello vamos subiendo la cuesta para encontrarnos de frente con la fantástica Iglesia de San Juan de los Reyes, iluminada como una tarta de cumpleaños, aun cuando no podemos observarla en su esplendor porque el sufrimiento va haciendo mella.
Pero, una vez coronado esta tachuela, El Tránsito nos espera, con sus, turistas, muchos turistas junto a las Sinagogas que se paran y miran pasar la carrera, algunos hasta aplauden, pensarán que estamos locos, ¡nos da igual!, este gusanillo que se nos mete y que cada vez nos va pidiendo un poquito más, de algún modo hace crecernos un poco más y con más pena que gloria nos acercamos a la Plaza del Conde. ¿Estará el Conde esperando?, pasamos por su plaza, y seguimos callejeando, por cuestas empedradas, y calles en penumbras, ni me acuerdo ya por las calles que pasamos, aburriditos estamos, subidas, bajadas, vueltas y revueltas, por fin vislumbramos la Calle Ancha, la meta está cerca y todos nos esforzamos por llegar.
La gente está ocupando las aceras nos anima, nos aplaude y vemos la catedral, la Meta y por fin esto se termina.
Saludos y gracias a todos los compañeros Tole Tole, que fueron muchos y que no voy a enumerar, pues temo que me voy a dejarme a alguien por mencionar, recuerdos a los amigos y simpatizantes de este club, que nos vemos durante la semana en el Parque y gustosamente colaboramos en este tipo de eventos cuando se nos requiere.
Besos y Agujetas para todos. Mª Carmen.
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