miércoles, 20 de marzo de 2013

Media Maratón de Aranjuez (Crónica).

Crónica de una muerte anunciada

Y allí estábamos los que éramos con muchas bajas y escasa representación de este grupo que cada vez se ve más mermado!!!

7.45 del domingo 17 de marzo de 2013 en el aparcamiento del pabellón del Salto del Caballo. Destino: II Media Maratón de Aranjuez.

Pedro, Moisés, Mariano, Juan Ramón y Silvia, cada uno con unas expectativas diferentes pero con el objetivo común de encontrarse lo mejor posible y acabar con buenas sensaciones.

Ale!, a recoger los dorsales y los chips bajo una lluvia continua que augura una dura carrera por el clima que no desmienten las previsiones consultadas antes de salir de Toledo. Esto conlleva la duda en cómo ir vestidos en la carrera pero, finalmente, no nos equivocamos en exceso: pantalón corto y manga corta o tirantes. Algunos con gorra por si llueve pero poco más.

A la hora de la salida deja de llover, pistoletazo y, ahí van, Pedro y Moisés se desmarcan, lo esperado por otra parte. Mariano se une a Carlos Mendo que hemos encontrado en las filas de recogida de dorsales y un nutrido grupo de nuestros compis de las 18.30 charlan en conversación animada durante los primeros kilómetros.

Los primeros kilómetros estresan un poco porque hay mucha gente que hay que esquivar. Muchos van a hacer la carrera de 7km y eso hace que el grupo sea más numeroso en las primeras filas pero poco a poco cada uno encuentra su ritmo y su lugar en la carrera. Nos sacan de Aranjuez, asfalto y asfalto, poco después algo de tierra que, aunque es el comienzo, se agradece. Kilómetro tras kilómetro vamos restando y las sensaciones no son malas.

Marichu nos alienta en cada tramo y el ánimo se eleva alargando las zancadas. Van quedando menos kilómetros.

En el kilómetro nueve se nos une otro atleta que encuentra, en nuestro ritmo, una buena referencia. Empiezan los dolores, el asfalto empieza a pasar factura pero persistimos y pensamos en cualquier otra cosa. La zona de las huertas se empieza a cobrar víctimas de competidores que han sido ambiciosos con un ritmo demasiado acelerado pero la salida del sol nos anima a continuar con una sonrisa sin perder la concentración.

Kilómetros después las piernas empiezan a acusar los kilómetros que llevamos pero no persistimos y mantenemos el ritmo, ya va quedando menos. En los jardines del Príncipe se empieza a ver el final. Los minutos pasan, el ritmo es bueno, quizás se podría apretar un poco más pero la inexperiencia, el miedo a no acabar, el no tener alguien que tire de ti, el no saber correr solo, la ampolla en el pie que ha salido hace unos kilómetros o quizás todo junto hacen que nos reservemos y lleguemos a meta triunfantes, con buena cara, mejores sensaciones y con la esperanza de que, en la próxima edición, los tiempos pueden mejorar.

Con las expectativas cumplidas, secos porque no nos ha llovido a pesar de las previsiones, volvemos a Toledo esperando que, la próxima vez, seamos un grupo más numeroso que siempre es más divertido y que, sin duda, se os echa de menos.

Silvia.

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