allí estaba, no solo para participar en la carrera, como mejor sabe, que es “corriendo” sino también para manifestar su apoyo a la organización de la prueba.
Y es que, a tanto esfuerzo de la organización por dar cada año, el mayor brillo y realce posible a la carrera; que hasta este año, el cielo se quiso aliar con el evento y es que, a medida que la tarde avanzaba, tras el amenazador aspecto que el cielo presentó durante toda la mañana del 31 de diciembre, el riesgo de lluvia se fue disipando, de forma que a la hora de la carrera, la tarde quedó ideal para correr y para que la gente se volcara en la calle para animar.
A eso de las 16:30 de la tarde, los miembros del ToleTole que iban a participar en la carrera fueron congregándose en el toledano Paseo de Merchán conocido como “La Vega”, bajo la atenta mirada de la Puerta de Bisagra, para recoger los chips e intercambiar los habituales saludos y felicitaciones de las fechas que corren. El paseo va estando ya impresionante y el ambiente pre-carrera comienza a estimular nuestro estado de ánimo y el de los numerosos corredor@s que ya se han acercado por todas las inmediaciones.
A las 17:00 horas comienzas las pruebas de las categorías menores, no por su importancia sino por las edades de los participantes, que con gran ánimo y algarabía, calientan ya el ambiente de todos los corredor@s que por allí se congregan, así como el de sus orgullosos padres y abuelos acompañantes, que desde los laterales del Paseo les animan y aplauden a rabiar (y si no que les pregunten a José, Iván y Jesús cuyos pequeños vástagos por allí corrieron). El ambiente crece por momentos, a lo que contribuye la megafonía y la cada vez mayor concurrencia de corredor@s y acompañantes.
La mayoría de miembros del club, van formando sus habituales grupos según nivel o conveniencia, para proceder a ir calentando, pues el tiempo pasa y ya rondan las 17:20.
Las 17:30 de la tarde y en las inmediaciones de la línea de salida y Paseo de la Vega, un incontable ejercito de coloridos atletas calientan y se preparan para la carrera, los hay y muchos, que van disfrazados de forma a cual mas alegre e ingeniosa; forma parte de esta popular carrera. Por allí, se podía ver calentando a numerosos miembros del club y otros conocidos, en un grupo formaban parte Ana Isabel, Juan Ángel, Vero, Mariano, Carmen Vega (la profe), Iván, Mª Carmen, María (la inglesita), Mónica y a última hora José Antonio que casi llega; por otra parte iban Jesús Sánchez, Alfonso y Oscar (en esta ocasión como esquirol), también se ven de forma dispersa a Luis Morillo, Eva, Emilio Serrano, Miguel, Rubén, Javier Gaitán, Antonio Aranda, Pedro Fraile, Moisés, Juan Pablo y como no a Antonio Marqués, etc… Hay que mencionar que también se encuentran por allí, en esta ocasión colaborando con la organización, a otros miembros del club como a Pedro Hernández, Juan (el profe), José (el bombero), Yolanda y Raquél.
Falta muy poco y entre los tradicionales acordes de ambiente del Wuka Wuka, megafonía anuncia que no se que autoridad se dispone a dar la salida y casi sin darme tiempo a poner a punto el púlsometro, ¡Pum! y ¡A por todas!; los empujones de siempre, los codazos de siempre y como siempre la locura por coger un buen sitio y correr como si te fuera la vida en eso, ya al paso por el Tavera (unos 100 m de la salida) el paseo se estrecha y el asunto se vuelve complicado, mira que tenía buen sitio en salida y la cantidad de corredores que llevo por delante, ¿de donde salen? y como corren. Todo este primer trayecto hasta llegar a la Avda. Europa está muy concurrido y ambientado, la gente anima y aplaude a rabiar y eso claro esta, contribuye a acelerarte el ritmo de carrera y en un trayecto que encima es en buena parte de bajada; procuro controlarme aunque noto que me encuentro muy bien, pues queda mucho por corre y todos los excesos que se comenten por esta zona nueva de Toledo, luego se paga con creces en las rampas que nos esperan por el Casco Histórico.
La primera muestra, ya se tiene en la Avda. Europa que empieza a traición muy llana pero el largo kilómetro que tiene, te va ascendiendo inexorablemente y te sorprende en su última parte con un buen repecho, que hace que las zapatillas se te peguen al suelo como este tuviera Loctite; primera sorpresa para el que no la conoce, a estas alturas ya he conseguido pasar un respetable número de corredores y sigo encontrándome bien de piernas, me alegro pues ahora toca bajar y recuperar durante otrokilómetro aproximadamente.
Barrio de Palomarejos, la gente se agolpa en las aceras y sigue animando a los ya fatigados corredor@s y de repente nos adentramos en la Avda. Barber, otro agobiante kilómetro nos espera, que no se si será por lo llano que es, por su monótona longitud, o porque terminas de bajar cuestas; pero se empieza bien y llega un momento en que te da la sensación de estar corriendo por la cinta de un gimnasio, “vamos que no le ves el final” y menos mal que, cuando por fin logras girar a la derecha e introducirte por el Barrio de Santa Teresa, allí te encuentras con el bullicio y los aplaudidos ánimos del numeroso publico que la carrera allí, les ha sorprendido haciendo las tradicionales compras navideñas a unos y a otros a la altura de la Avda. de América, con el resacón (resaca gorda) de las migas del medio día.
Momento trepidante este de la carrera, a su paso por el atestado pasillo (ahora acertadamente vallado) que forma en esta calle el gentío, que espera desde el medio día cerveza va y cerveza viene, aguardando el paso de los corredor@s para brindarles el mayor ánimo posible, que ya lo están necesitando a estas alturas de la carrera y darles el empujón sicológico que necesitan para acometer los casi dos kilómetros y medio de duras y casi continuas rampas que nos esperan por su paso a través del Casco Histórico.
A estas alturas de subida por Reconquista hacia el casco, la inyección de ánimo recibida un poco más abajo, aunque no sin fatiga, me ayuda a acometer con buenas sensaciones este duro tramo de la carrera, nuevamente vuelvo a percibir en multitud de corredores la mella del cansancio y posiblemente de alguna mala previsión; menos mal que a la altura del Cardenal donde hay una dura rampa, el público se agolpa y anima con ganas, lo cual no quita que por aquí los resuellos y respiraciones agónicas de muchos corredor@s incluida la mía, no deje escucharse. Acometemos Recaredo que te da algo de cuartelillo en este continuo subir, pero la sensación es engañosa, ya que al cabo de un rato te das cuenta que es eso, “una sensación”.
Al llegar a la Puerta del Cambrón y atravesar su bocana, no puedes dejar de pensar “me espera lo mas duro de la carrera”. La calzada comienza a levantarse y a retorcerse, de nuevo mas gente que da ánimos, parece que los hubiera colocado la organización, allá donde mas pupa hacen las cuestas, allí que te encuentras un buen grupo, lo cual agradecen los corredor@s y aunque no te quedan fuerzas ni para agradecerlo con la mano, por tus adentros lo haces; y se escapa un ¡dios! que no llego arriba, de nuevo mas resuellos, mas expresiones de sobreesfuerzo, se escucha de todo entre los compañeros que van al lado y San Juan de los Reyes que te recibe resplandeciente como un pastel de cumpleaños y tu que con el azulón que llevas encima, casi ni lo ves. Desde San Juan de los Reyes al Paseo del Transito, te espera un corto respiro para la cada vez mas exiguas fuerzas que notas te van quedando y en seguida otra subida ahora hasta Sto. Tomé.
Desde el comienzo de la subida, voy recogiendo a numerosos corredores, que van muy muy justos, lo cual me anima, pues aunque me note muy cansado de piernas, indudablemente me anima al pensar que si coges a gente es que ver que no debo ir tan mal y tras atravesar la Plaza del Conde y rodear la “rampita” de Sto. Tomé; de entre la agonía que te atenaza las piernas y te comprime el pecho, te brota por los adentros como una explosión de aliento al pensar “que lo peor ya esta hecho” y hasta la Catedral todo lo que viene es o llano o es bajada.
En la bajada de Santa Úrsula, se descomponen las piernas, pues el suelo esta muy mojado y los adoquines brillan amenazantes en una bajada de vértigo que te lleva alocadamente y sin poder parar hasta la Catedral. Y entre tanta locura de corredores que se precipitan sin control, la vista se te va hacia arriba y te da el tiempo justo de contemplar la impresionante vista de la Torre de la Catedral con su nueva iluminación, ¡Impresiooonante!, si no fuera por estos regalos que te ofrece el correr por el Casco Histórico de Toledo, de noche, iluminado y despidiendo el año; tanto esfuerzo no se si valdría la pena, pero ¡lo vale créanme!
Sin saber de donde salen las fuerzas y tras este regalo visual, me enfrento a la dura cuesta, “la ultima”, del Arco Palacio donde consigo rebasar a algún corredor que otro y entre el júbilo y aplausos del numeroso público que te acompaña durante toda la calle Hombre de Palo y plaza de las Cuatro Calles, del sube y baja de la calle Comercio casi ni me entero, ya voy entregado, a tope y con ganas de que no me pase nadie, la alegría de saber que todo lo duro ha pasado y que solo te queda una vertiginosa bajada hasta la Meta, te lleva como en volandas y por fin, ¡Zocodover!, ya no hay tregua para las piernas; los corredores se lanzan literalmente en una alocada bajada y este es un tramo apropiado para los “descender” que los hay y muy buenos, ya que es raro el año, que llegando al Hotel Real no haya alguno que me pase y este año me he dispuesto a que esto no ocurra. ¡Pero ocurre! No se como, pero algo parecido a un corredor, que entre otras cosas también me parece haber rebasado en la subida del Arco Palacio (no le debió gustar mucho, pense), nada mas cruzar la Puerta de Bisagra, me pasa con un cohete y un jadeo mayor que el mío y al que ya no puedo enganchar.
¡Por fin entramos por meta, con el esprín del último esfuerzo, ese que una vez que has visto los últimos dígitos del crono, te propones con el corazón en la boca, que ¡ni uno más!. Y cruzado el arco de metas te paras en seco y exclamas; ¡Por fin llegue!¡ Un año más!.
Aprovecho como otras veces la crónica, para felicitar a todos los compañeros de ToleTole que han participado un año más en esta “Sansilvestre”, ¡la nuestra!, por su buen empeño, nivel mostrado y alta participación.
Felicitación especial a Carmen Vega (la profe) por su 2º puesto en la categoría Vet. B Fem. Agradeciendo una vez más su buena contribución al nombre del club ToleTole. El cronista de la presente también colaboró como pudo con un tercer puesto en Vet. B Masc,
¡Ah! Y mención especial también, por el primer premio tangible (y comestible) conseguido por todo el Club ToleTole por su trabajo en conjunto; ¡Un jamón! del que daremos buena cuenta, en la primera ocasión que tengamos y de la cual y con debida antelación, se informará.
Alfonso 02/01/2011
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEnhorabuena por la organización (cada año mejor) y estupenda crónica. El dorsal 442 de la última foto es mi sobrino (14 años), que se cascó una marca de 31 minutos quedando el 74 de toda la general.
ResponderEliminarUn saludo desde http://fernandezalacarrera.blogspot.com
Ahí podéis leer mi crónica.