martes, 19 de abril de 2011

NUEVO EXITO DE PARTICIPACIÓN DEL CLUB TOLETOLE EN EL XXXIV MARATÓN DE MADRID

Un año mas, un nutrido grupo de miembros del Club ToleTole y amigos simpatizantes, Antonio Aranda, Tomás Orgaz, José Manuel Zaragoza, Moisés Guardia, José Antonio Pomares, Antonio Medina, Alejandro Martín, Jesús Sánchez de la Nieta, Oscar Díaz, Enrique Tordera, José Ramírez, Ángel Sánchez, Carlos Mendo, Pedro Hernández que se ha animado a última hora y el que suscribe Alfonso; tras superar las consabidas catorce semanas de dura preparación, se disponen para disputar la durísima pero a la vez bella y magnética, Maratón Popular de Madrid, que este año celebra su XXXIV edición.

Después de superar la semana de nervios, temores y dolores (como suele caracterizar la última semana previa al Maratón) y este año con más razón por eso de la coincidencia de calendarios, al amanecer del 17 de abril y en el parking del Salto del Caballo, se van dando cita todos los participantes al Maratón, con las ilusiones que durante las catorce semanas de preparación han ido forjando, con sus inevitables dudas y como no, con los nervios mas o menos disimulados, que aunque se quiere, no se pueden ni evitar ni ocultar. También está con ellos, un importante grupo de apoyo de estos héroes por un día, que durante el desarrollo de la carrera les van a animar y a poner todo su empeño en que no les llegue el desaliento en ningún momento; espos@s, familias, amig@s y varios compañeros del club; gracias a todos ellos por el madrugón que se han dado y por su agradecido y entusiasta apoyo.

Tras una corta espera y tras ser recogidos por el autobús que como es habitual, los amigos de la Asociación Atlética Puerta de Bisagra disponen todos los años para este evento, tomamos la salida a eso de las 6:55 horas y nos dirigimos a la Villa y Corte, entre risas, apuestas y disparates varios, que de algún modo contribuyen a liberar la mente de los corredores del run run que les presiona.

Llegada a Madrid a eso de las 7:50 horas y sin quererlo, el autobús en su búsqueda del punto de desembarco en la calle Menéndez Pelayo (junto al retiro), nos va anticipando parte de las cuestas del recorrido, precisamente la parte última y nos vuelve a poner los nervios en la boca del estómago. Ya se respira algo de ambiente pues números corredores se dirigen por las calles hacia Recoletos, punto de Salida de la carrera. Ya en la Calle Menéndez Pelayo se produce el desembarco de los corredores y acompañantes, previo cambio de ropa de los primeros y se produce la separación del grupo; los corredores a prepararse para la carrera y el equipo de apoyo moral, para dirigirse al primer punto del recorrido en el que han previsto prestar su servicio.

El ambiente por la zona del Retiro y aledaños es inmejorable, la entusiasta marea multicolor de atletas y corredores, que por todos los puntos emerge, se dirige hacia Recoletos, donde la megafonía eleva ya el pulso al ambiente y a los corredores; desde Recoletos hasta Cibeles está ocupado por gentes de todos los lugares, tanto de aquí como de fuera que simpatizan, se saludan, ríen, estiran, corren o calientan y todo ello va contribuyendo a generar el los corredores un estado de excitación pre-carrera que le lleva al punto de no retorno, en el que lo único que espera es que se de cuanto antes la salida y hacer frente el reto que tiene por delante.


Con británica puntualidad, a las 9:00 horas se da el disparo de salida y curiosamente y al contrario que lo que ocurre en otras salidas, la salida se produce sin empellones y trompicones, casi 10.000 corredores preparados para el Maratón, hacen que esto sea imposible, además cuarenta y dos kilómetros dan mucho tiempo como para perder el culo desde el primer momento; la densa cabecera multicolor bordea el nuevo emplazamiento del monumento a Colón y enfila Castellana arriba, el momento es indescriptible, con los laterales de la Castellana abarrotados de gente animando, los pasos elevados igualmente concurridos, la excitación a flor de piel y con toda la energía y nervios contenidos, el corredor se siente como en una nube, se siente sobrado y esto que puede ser bueno en su justa medida, si durante estos mas de cinco kilómetros, no te andas con la cabeza y temple suficiente, este derroche no tardará en pasarte factura, probablemente cuando te encuentras por la Casa de Campo.

A partir del kilometro seis y hasta el kilómetro treinta y dos, el recorrido tiene una tendencia descendente, si bien salpicado todo su trayecto por numerosas cuestas más o menos duras (algunas bastante duras), que continuamente te van rompiendo el ritmo de carrera y también descargando las piernas, lo que hace de este Maratón “el de Madrid” ser de los mas duros, si no el mas duro de España.

El recorrido del Maratón en su primera parte, hasta completar la Media, allá por la Calle Ferraz, discurre por puntos que te resultarán inolvidables, sobre todo por la concurrencia de público que de forma efusiva anima y alienta a los corredores para hacer mas liviano su esfuerzo, esfuerzo este que todavía es llevadero. Calles como Raimundo Fernández Villaverde en dirección a la Glorieta de Cuatro Caminos, la bajada de Guzmán el Bueno con su clásico “Carros de fuego”, el paso por el Barrio de Fuencarral, el tramo Gran Vía, Callao y como no, Puerta del Sol y la Calle Mayor; constituyen puntos álgidos de la carrera, en los que la gente que ocupa estos trayectos se vuelca con los corredores y hace que en estos broten las sensaciones mas fuertes de toda la carrera, cada uno a su manera se siente protagonista de algo muy especial y una descarga electrizante recorre el cuerpo y te lleva como en un trance hasta la espectacular fachada del Palacio Real; que por cierto este año y para desgracia de todos los corredores nos ha sido vilmente vedada, relegándonos a las entrañas de la tierra para atravesar la emblemática Plaza de Oriente, en lugar de hacerlo como otros años a la sombra de la Fachada de Sabatini, “Un negativo para quien corresponda”.

Pasado Ferraz y con ello mediada la carrera, tanto el tiempo empleado en recorrerla como las sensaciones que te vienen, te hacen obtener una idea aproximada sobre si los objetivos que te has marcado van a ser posibles o te conviene ajustar algo. Tres kilómetros más y te encuentras en la Casa de Campo, ocho kilómetros te aguardan de contacto casi asceta con el silencio y la espectacular naturaleza de esta zona de Madrid, en la que, la falta del bullicio y aliento de la gente que durante el trayecto urbano te ha venido acompañando, aquí deja paso a la tranquilidad y a veces soledad, que te lleva inexorablemente a tomar conciencia de tu estado físico y de ánimo; momento crítico si no has hecho la tarea como debieras haberla hecho.

Si tu paso por la Casa Campo te ha ido bien, y sino también; a la salida este lugar y entorno al mítico kilómetro treinta, donde los maratonianos decimos que empieza verdaderamente el Maratón, te encuentras de sopetón con una dura rampa, la del Paseo de la Puerta del Ángel, que si vas medianamente bien, te hace sufrir lo suyo y si vas mal, te frena en seco, normal es ver ya a gente subirla andando y los brazos en los riñones.

Pero una vez superado este clavo, la Avenida Portugal con su oportuno descenso te permite relajar (si es que se le puede llamar así) las piernas y prepararlas para lo que poco más adelante, hacia el treinta y cinco y una vez pasado el Manzanares, te espera; los mas de siete kilómetros de subida hasta el final. Se puede decir sin temor a equivocarse, que a partir de este punto comienza el autentico sufrimiento para todos los corredores, incluso para el que creía que iba bien; ya que cada kilómetro que avanza comienza a ir cada vez peor y el que ya iba mal, sabe que le espera un infierno si consigue no pararse. Las piernas cada vez son, menos piernas, los dolores van apareciendo por todas las partes del cuerpo, ni te imaginabas que podían doler las pestañas. Gracias a que de nuevo, por todo este trayecto urbano, el publico vuelve a volcarse con los cada vez mas cansados y agónicos corredores, que con solo ver sus caras, puede uno llegar a sospechar el verdadero sufrimiento por el que están pasando, lo que hace brotar de la gente que se agolpa en el recorrido, los aplauso y las palabras de apoyo mas sentidas y que el corredor más agradece.

Pasada la interminable Ronda de Valencia y la de Atocha, al corredor le embargan sentimientos contradictorios, una extraña mezcla de sentirse tan cerca de la Meta y a cada paso que das, tan infinitamente tan lejos. Piensas que solo tres kilómetros que faltan para terminar comparado con treinta y nueve no es nada, pero simultáneamente y cada paso que das te parecen como si fuera al contrario, que te faltan treinta y nueve; y para remate final, la cuesta de de Alfonso XII te sorprende con una pared en sus primeros trescientos metros, que te abultan como si fueran trescientos mil que pone a prueba de pararse, a todo corredor que se precie.

Por fin y una vez alcanzada la Puerta de Alcalá, eso si, sin dejar de subir; el sentimiento de haber alcanzado el triunfo comienza a resurgir en cada corredor, para unos brotan fuerzas de no sebes donde, que te impulsan con aires renovados a encararte la inminente bajada hacia la Meta y a otros a superar su esa agonía que le atenaza, con el impulso de terminar la carrera aunque tenga que ser a gatas.

El clamor de la gente, en la entrada al Retiro hasta la línea de Meta es embriagador, el impulso que hace brotar en los corredores es casi inexplicable, el sentimiento de triunfo que surge dentro del corredor le lleva a un estado satisfacción tal, que al que llega agotado le hace esprintar con rabia los últimos doscientos metros y al que llega extenuado le impulsa hasta la Meta, para dejarse llevar.

La sensación final para la mayoría de corredores es indescriptible, una mezcla de incapacidad y dolor físico que desde el momento de detenerse se apodera del corredor, se mezcla con un estado de eufórica satisfacción personal de alegría, que para el maratoniano constituye su propio trofeo, la recompensa a tres meses de esfuerzo y dedicación no solo personal sino para la mayoría de los casos, también familiar.

¡Enhorabuena! Y Felicidades para todos los miembros de este Club ToleTole y simpatizantes, que han tomado parte y en esta XXXIV Edición del Maratón de Madrid y que, un año más han terminado exitosamente.

Antonio Aranda Moreno 3:59:54, Tomás Orgaz Palomino 4:12:41, José Manuel Zaragoza Rullo 3:38:32, Moisés Guardia Pérez-Moreno 3:38:06, José Antonio Pomares Aguado 4:11:40, Antonio Medina Fernández 4:15:41, Alejandro Martín Trigo 4:06:19, Jesús Sánchez de la Nieta 3:44:15, Oscar Díaz Vázquez 3:51:51, Enrique Tordera Vivar 4:12:11, José Ramírez Muñoz 3:19:44, Ángel Sánchez de Dios 3:26:27, Carlos Mendo López 4:13:01, Pedro Hernández Cabello 3:43:38 y el que suscribe la crónica Juan Alfonso Román Sánchez 2:59:37

Mención especial para nuestros compañeros del Club ToleTole, Armando Botica y Marisol Manzano que simultáneamente a la celebración del Maratón de Madrid, tuvieron una participación mas internacional, corriendo el Maratón de Padua (Italia), ¡Felicidades y enhorabuena!

miércoles, 23 de marzo de 2011

ATLETAS DEL CLUB TOLETOLE PARTICIPAN EN VII MEDIA MARATÓN DE VILLARROBLEDO.

Dentro de los planes de entrenamiento y formandoparte de la preparación para el Maratón de Madrid de 2.011, el grupo de atletas del Club ToleTole, a un mes vista de la prueba; se dieron cita el pasado domingo 20 de marzo, en el aparcamiento del Salto del Caballo, con el ánimo de dirigirse a la localidad manchega de Villarrobledo para tomar participación en la Media Maratón que organiza el Club de Atletismo El Pinar de esa ciudad.

Desde muy temprana hora, van acudiendo al habitual punto de salida, en una mañana que, esta vez si, promete ser esplendida; los cada vez, menos corredores de ToleTole que van siendo respetados por las molestias y lesiones, para partir hacia Villarrobledo y, una vez hayan superados los mas de 180 Km que les esperan a la espasmódica velocidad de 110 Km/h através de un paisaje que aburre hasta el silencio, participar en esta prueba.

Por allí van acudiendo, Antonio Aranda, Tomás Orgáz, José Manuel, José Antonio Salmantino, Teresa, Oscar y el que os relata la crónica, para una vez guardados los minutos de cortesía correspondientes, pues aguardábamos a Moisés, hacia la 7:15 horas partimos hacia Villarrobledo sin más demora, pues largo trayecto nos espera.

Por el camino, casi se nos agotan las conversaciones, esto no es como ir a Madrid, no nos parecía que estuviera tan largo “debe ser por el límite de velocidad”. Hacia las ocho y media y guiados a la perfección por el Salmantino, que todo hay que decirlo, vivió por aquí hace un año, nos adentramos en Villarrobledo en búsqueda del aparcamiento, que a ser posible, a de estar lo más próximo al Pabellón de la zona deportiva, donde tiene lugar la entrada y salida.

Una vez allí, dejamos los coche y sin demora no s prestamos a ir a recoger los dorsales, la mañana esta fresquita y hace por aquí un vientecillo que si no va a más, puede que no afecte mucho, pero el sol brilla esplendido. Por el camino y en el Pabellón el ambiente que se respira, nos va poniendo con la tensión previa de toda carrera y lo que es habitual, obligada visita a “Roca”, todo esta preparado.

Recogidos los dorsales y visitado Roca; ¡ala! de nuevo a los coches para vestirse o desvestirse según se mire y calentar, que luego siempre nos quedamos cortos.

Ataviados con el equipo y aplicadas las pomadas y vaselinas de rigor; comienza calentamiento, esta vez, por las inmediaciones de la salida ya que hay espacios suficientes y todos ellos muy cercanos. La tensión y el habitual nerviosismo se respira por donde mires, unos estiran, la mayoría corre, otros saltan, se esprinta a ratos, saludos a los compañeros, palmaditas, y deseos mutuos de buena suerte. Y el speaker anuncia que en cinco minutos se dará la salida.

Con puntualidad meridiana se da la salida y comienza el sufrimiento, viene ahora un momento malo, pues la aglomeración de corredores al salir, te puede jugar una mala pasada, un pisotón, los cordones que te empujen o que tu empujes y a todo esto sin perder posición y ritmo. Bueno esto es medio kilometro mas o menos y con tantas cosas en la cabeza y sin querer, te plantas en el primer Kilómetro y también como siempre, a un tiempo que nos querías, ahora toca regular.

Estos primeros kilómetros, me encuentro bastante pesado de piernas y hay que ¡jod…se! que dolor de tibiales y de pies, se que esto se va a pasar, pero hasta que llegue, me toca padecer un poco. Veo al amigo José Antonio el “Salmantino” que me sigue los pasos, incluso hay un buen rato que lo llevo delante tirando como un valiente; debe ser que el encuentro con los compañeros de su otro Club (el de esta localidad), le da fuerzas y buen rollo “Le veo con ganas de hacerme compañía y muy sobrado”.

La carrera se desarrolla con un continuo callejeo por el pueblo, para dirigirse a ratos por el extrarradio en unas avenidas algo más amplias. En sus primeros cinco o seis kilómetros, aunque a su salida tiene un pequeño repecho de unos 300 m. se desarrolla con un perfil más bien llano y zonas preferentemente de bajada, para volver a introducirse de nuevo por el casco antiguo del pueblo.

Las molestias de las piernas dan paso ahora hacia el kilómetro siete a un principio de flato, que no se, a cuento de que, me ha venido por lo que mi preocupación a parte de no bajar el ritmo es controlarlo para que no vaya a más. El Salmanatino, que ya no va delante sino que ahora lo llevo al lado, suspira de alegría porque aduce ir a un ritmo como el mío y yo que con el flato que llevo, que no termino de encontrar el mío “paradojas” y encima, hacia el kilómetro nuevo o nueve y medio, comienza la carrera a encarar una subida por una larga recta que te devuelve hacia la zona deportiva de donde partió la carrera y donde debe comenzar la segunda vuelta. Quien dijo que esto era todo llano, ¡pues no! Villarrobledo tiene repechos y este último, que no por su pendiente (que no es mucha) sino por su longitud, se hace bastante pesada y encima con el flato a cuestas.

Paso por la primera vuelta y comienza de nuevo el recorrido por el pueblo para completar la media. Por fin, aprovechando el terreno favorable que caracteriza la primera parte de la vuelta y eso del kilómetro catorce quince, callejeando por el centro de Villarrobledo, consigo desterrar la molestia que me venía fastidiando y comienzo a encontrarme bien y a mi ritmo de carrera, José Antonio poco a poco veo que se me va despegando y le pierdo contacto. Poco a poco voy alcanzando y pasando algún que otro corredor, que posiblemente vaya acusando ya el esfuerzo de la carrera y el calor que ya se va notando y bastante cuando se discurre por dentro de la población,

Por fin, la última subida ¡la larga! Aquí intento echar el resto pues es poco lo que queda para el final y de algún modo, quiero recuperar algo de lo que pudiera haber perdido con el flato. La cuesta y eso que no es mucha, a estas alturas del kilómetro diecinueve y medio, se pega como un demonio, pero nada, ¡apretar los dientes y a por ello!. Sigo pasando algún que otro corredor más y de repente, me encuentro con una pared en mitad de la cuesta formada por cuatro señoras de rosa plácidamente andando, que me obliga a esquivarlas dándoles un rodeo.

Desde el comienzo de la subida, venia percibiendo el trote respiración de algún corredor que me iba siguiendo el ritmo y pensé en si sería El Salmantino que había conseguido alcanzarme. Pero una vez alcanzado el final de la cuesta y antes de tomar el giro a la izquierda en dirección al la entrada a la zona deportiva, pude comprobar que no era el, sino otro corredor que finalmente tuvo la delicadeza de no disputar la llegada, sino que quiso que entráramos juntos, haciéndolo un paso detrás mío. ¡Saludos al anónimo corredor por el detalle!.

¡Por fin!, y casi sin aliento, pulsas el botón de star del cronómetro y te dices a ti mismo, otra prueba más terminada.

Clasificación de los miembros de ToleTole:

Juan Alfonso Román Sánchez 1:24:54 3º Veteranos D










José Antonio Martín Hernández 1:25:54 22º Veteranos B

Oscar Díaz Vazquez 1:30:02 29º Veteranos A

José Manuel Zaragoza Rullo 1:40:59 46º Veteranos C

Antonio Aranda Moreno 1:41:24 27º Veteranos D


Teresa Escobar 1:43:35 Veteranas E





Tomás Orgáz Palomino 1:46:49 44º Veteranos D

martes, 8 de marzo de 2011

LA INGENIOSA CARRERA URBANA DE LOS ToleTole EN CIUDAD REAL



Este domingo 6 de marzo de 2011 se ha celebrado la IV Carrera urbana de Ciudad Real, y hasta la capital de la Mancha nos hemos desplazado una representación de los Hidalgos ToleToles. Allí nos juntamos Juan Angel, Carmen “la profe” y su escudero Pedro, Diego, Vero, Rosa y su marido, Chus y su pareja, Teresa, Silvia y Jesús.

Es la primera vez que el que firma la crónica, corre una carrera en la ciudad que le vio nacer y que pasó los primeros 24 años de su vida. El día, aunque ya estaba en Ciudad Real pues el viaje lo hice el Sábado por la mañana para poder ver a la familia, comenzó muy temprano como a las 8, una hora dominical normal para mi… Me levanto, porque no decirlo, muy ilusionado. Desayuno y me dirijo a recoger el dorsal y el Chip. Nada más bajarme del coche veo a un viejo profesor mío de la E.G.B., que saludo (¡cuántos capones recibí¡, seguro que por … bueno) y después de una pequeña charla me dirijo para recibir a los compis ToleTole, para hacer el preceptivo calentamiento y colocarnos en el punto de salida.

Ya a las 11 nos dan el pistoletazo y enfilo los primeros metros, que para no caerme los hago un poquito más fuerte pero enseguida, cuando llevo quinientos metros aproximadamente, empiezo a coger el ritmo, y mirando siempre el pulso que me marca el Garmin van pasando los kilómetros. Me va animando el público, disfruto de mi respiración y de mis 162 pulsaciones. Acelero, me reservo, vuelvo a acelerar, miro el reloj y ya han pasado 5 kilómetros… ya llevo la mitad de la carrera y las sensaciones no son muy malas, aunque se va notando la fatiga. Sigo con mi ritmo y subiendo pulsaciones, veo a mi mujer y mi hija que me dan ánimos, continuo haciendo kilómetros -que ya pesan un poquito- pero con el ánimo todavía de hacer mi mejor marca continuo hasta el kilómetro 9, donde veo como un antiguo vecino está de poli local y me da los últimos alientos para llegar a meta, la cual consigo con una estupenda marca para mi edad (39 minutos 20 segundos). Después la recogida de la camiseta técnica y la merecidísima ducha, y a esperar a los compañeros para irnos a comer.



Veo a los compi y me dicen que Teresa ha sido 2ª en su categoría, que Carmen es 3ª y que por llegar entre las 50 primeras mujeres se han llevado 30 eurazos estas dos así como Vero. Recogemos los premios y nos vamos a comer.



En el restaurante dimos buena cuenta de los manjares que pedimos y, sobre todo, de los postres donde me comí un Magic de Philadelfia que levantaba el ánimo a un muerto y que me sentó de maravilla.



Después pagamos la cuenta y cada mochuelo a su olivo.

viernes, 4 de marzo de 2011

CAMPEONATO DE ESPAÑA DE CROS PARA "MAYORES"




El pasado domingo día 27 los atletas del club estuvieron presentes en varios frentes, la media maraton de la latina (ver crónica de Alfonso), en Madrid carrera que no recuerdo bien su nombre pero algo así como "de enfermedades raras", que por cierto espero que alguien allí presente nos mande una crónica y fotos de la misma (Silvia no te escondas), y el campeonato nacional de cros para veteranos.












Estuvieron presentes, en dicho campeonato, Teresa y Carmen por el ToleTole y los compañeros de aventuras Pedro Cuerva, Antonio Layos e Isidro Ramos. Con los resultados siguientes en sus respectivas categorías:
















PEDRO CUERVA 3º
CARMEN VEGA 6º
ANTONIO LAYOS 6º
TERESA ESCOBAR 12º
ISIDRO RAMOS 10º